Cada día se hace más común que las personas prefieran desarrollar sus profesión desde casa. El home office en pareja se impone y con él la necesidad de configurar una oficina doble en pocos metros. En esta guía te mostraremos como armar tu espacio de trabajo para dos, y encontrar el perfecto equilibrio entre las tareas domésticas y el trabajo.
Home office: primer paso, doble visión
Cuando decides convertir la casa en el núcleo de trabajo en pareja, lo primordial es hacer una lista de las necesidades de cada uno. Lo ideal es realizar una lista tomando medidas del espacio para determinarla. El mobiliario debe ser de ergonomía personalizada, adaptado a la tipología corporal de cada uno. Pero además, se debe considerar las necesidades de espacio, equipamiento y confort individuales. Una buena iluminación y ventilación se logran colocando la zona de trabajo cerca de una ventana. Para regular adecuadamente la iluminación es bueno emplear cortinas compactas, estores enrollables o persianas venecianas. Igualmente, incorporar lámparas de mesa y bombillos led. Ahora bien, no es necesario realizar grandes gastos. Por ejemplo, un par de sillas y una tabla sobre burros de madera son una buena opción para escritorio. Delimitar con alfombras, biombos o estantes son soluciones muy económicas.
Muebles funcionales
Una oficina en casa debe ser principalmente inteligente, para ello, el empleo de mobiliario compatible con la multifuncionalidad es fundamental. Cada pieza debe estar pensada desde la utilidad. Los muebles, repisas, escritorios debe ser de estructura sólida, superficies lisas y materiales claros. Cada rincón se debe concebir como un espacio de guardar, ordenar, integrar o dividir. Para ello, los más anhelados son los muebles abatibles, plegables o multifuncionales. Estudia muy bien la factibilidad de hacer muebles a medida, ganarás en confort y espacio.
Trabajo y emociones ¿Sincronizados?
Hacer todo en pareja nos plantea una idea muy romántica; sin embargo, compartir día a día casa y trabajo es algo que se debe aprender a hacer. Para llevar el trabajo en sincronía con las emociones es necesario aprender a determinar los límites entre la casa y la oficina. Pero no para eliminarlos, sino para afianzarlos. Será necesario mantener control sobre los tiempos y el espacio de cada actividad. Por ejemplo, sincronizar algunos hábitos como la hora de la comida y el reposo puede resultar en una gran ventaja. No obstante, la principal motivación para preferir el trabajo en casa es sin duda la libertad. Por ello, se deben hacer acuerdos para que cada miembro asuma parte de los deberes domésticos. Esta sincronía permitirá llevar una oficina en casa estructurada y en armonía.
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