Anímate a armar floreros con todo y llenar la casa de vida

Decorar con flores le otorga vida a cualquier ambiente, sin importar el estilo o la tendencia que sigamos. Una excelente opción es armar floreros en recipientes destinados a otro fin. Empieza ya a buscar jarras, teteras o hieleras, para llenar de vida y  romanticismo cualquier ambiente o decoración.

Floreros en recipientes diferentes.

Empieza a armar floreros ¡sin ninguna inversión!

La selección del tipo de flores, dependerá de múltiples factores: la estación del año, el clima en particular y finalmente nuestros gustos personales. Una vez tomada la decisión, por lo general optamos por colocarlas en los floreros y ubicarlas en el sitio escogido para tal fin. Sin embargo, escoger un recipiente adecuado para nuestras flores puede llegar a convertirse en una rutina de la que es difícil escapar. Para evitarlo, vamos a usar nuestra imaginación y a convertir objetos cotidianos destinados a otros usos en floreros originales. La principal ventaja es que no requieren inversión alguna, y además, no dejarán indiferente a nadie y le darán nuevos aires a nuestra casa.

 

Cesto de papeles

Un pintoresco cesto para armar un florero alegre.

Un sencillo cesto o papelera aporta un toque informal a un arreglo de flores de mediana altura. El living o el estudio son los ambientes perfectos para esta original presentación. Al escoger nuestro cesto, debemos procurar que el tamaño no exceda las proporciones de la superficie sobre la cual estará ubicado. Ya sea ésta una mesa auxiliar, una silla antigua o el borde de una chimenea, por ejemplo. Una súper idea para un ambiente rústico es colocar un enorme cesto lleno de girasoles en todo su esplendor puede colocarse y lucirse en una esquina o frente a una ventana.

 

Hielera metálica

Balde de hielo para armar un florero campestre.

Una cubetera o balde metálico para hielos luce perfecta para armar floreros en un ambiente campestre o rural. Sabemos que podemos podemos encontrar baldes de hielo en infinidad de acabados y materiales, y todos sirven. Pero aquellos que tienen un aspecto más desgastado y reflejan el paso del tiempo aportan riqueza y carácter al entorno. Una mesa rústica en madera o un pasamanos con acabados en arcilla o cemento son lugares donde servirán como foco de atención.

 

Antigua jarra de agua

Una antigua jarra de agua como centro de mesa.

Para un almuerzo o cena familiar podemos echar mano de aquella jarra de agua heredada de los abuelos que nadie sabe qué uso darle. El detalle del paso del tiempo nos transmite un toque de calor hogareño. Su sencillez, es perfecta y discreta para armar un florero como centro de mesa.  Al escogerla, debes recordar que la altura del arreglo no debe impedir que los comensales puedan verse entre sí. Dependiendo de la formalidad o no de la ocasión, podemos jugar con los materiales y flores que empleemos para decorar la mesa.

 

Tetera colorida

Tetera de loza para armar un florero.

Disfrutar de un buen té es un placer que está en auge. La tetera como elemento protagonista no tiene reemplazo, pero ¿te imaginas un florero tetera? Este detalle inesperado puede transformar un sencillo acto en algo más divertido y original, y dar un toque alegre y romántico a la vez. El reducido tamaño de las teteras permite que éstas encuentren una fácil ubicación en la mesa. Con sus llamativos colores despiertan los sentidos. Las flores tomarán en forma natural el aspecto de un ramillete y lucirán sencillamente perfectas.

 

Floreros en baldes de metal.

Al igual que estas ideas, puedes utilizar cualquier elemento original para armar tus floreros. Para tomar inspiración sólo basta que recorras la casa con la mirada. Busca: pavas en desuso, potes y cacharros metálicos, pingüinos de vino, lecheritas… todo puede ser un original florero. Finalmente, recuerda que las flores necesitan espacio suficiente para no sofocarse y debes cambiar su agua a diario para conservarlas por más tiempo. A la hora de escoger tus floreros, deben resultarte cómodos y adaptarse a tus necesidades. No olvides que el limite es la imaginación, y el ingenio y el corazón, lo pones tú.