Mantener el orden en casa toma cada día más relevancia, especialmente cuando hay niños pequeños. Hoy compartimos contigo 5 life hacks o trucos que no conocías para organizar todo y ayudarte a conservar todo ordenado. ¡Conócelos ya!
1. Identifica los puntos álgidos del desorden
Lo primero que tenemos que hacer es identificar los puntos álgidos del desorden, esos lugares donde las cosas se salen de control. Generalmente, a los niños les gusta escoger un rincón que les resulta más agradable para jugar, esos siempre son lugares de desorden. Los adolescentes, por su parte, también mantienen mayores índices de desorden en los lugares donde más tiempo están; obviamente, en su habitación. En cuanto a los adultos, sucede todo lo contrario: los lugares donde no suelen detenerse, son los más desordenados, ejemplo: el recibidor, la cocina, el vestidor. ¿la razón?: ¡falta de tiempo! Son lugares por donde se pasa a dejar o retirar cosas; y varían de una persona a otra. Aunque cada familia es diferente, cuando se trata de ambientes y desorden pueden variar.
Identifica qué causa que no puedan mantener el orden
Reconocer las razones por las que alguien no es ordenado, puede parecer obvio, pero con un poco de observación te percatas de que no es así. Por ejemplo, los motivos de los niños para dejar sus juguetes tirados, no son los mismos por los que un adulto deja su chaqueta sobre cualquier asiento. Los niños podrían estar dejando sus cosas tiradas por no disponer de un mueble adecuado. Si el mueble o cajón de guardado les resulta incómodo, muy alto, muy pesado, etc., cualquier esfuerzo adicional a la acción de guardar los va a desmotivar. Mientras que, en los grandes, podría deberse a la falta de tiempo. Si los espacios de guardado son de difícil acceso y estás apurado, lanzar las cosas es la solución más común. Pero, ojo, también podría suceder que, simplemente, en casa saben que si dejan algo tirado una «mano mágica» lo colocará en su debido lugar. ¿te identificas? Si es así, entonces es hora de poner normas.
3. Cubre las necesidades
Es hora de invertir en muebles funcionales, percheros, cajones, placard; y todo cuanto pueda servir para organizar. Unos ganchos de percha originales pueden resultar muy efectivos para recordar a los niños donde colgar sus mochilas. Instala repisas y estantes y llénalos de cestas. Coloca el perchero de la entrada en el lugar más accesible para salidas apuradas. También en este enlace te enseñamos cómo organizar un recibidor con poco presupuesto. Pero además, deja claro a cada miembro de la familia para qué destinarán cada cosa y aprende a imponer pequeñas sanciones. Por ejemplo, si uno de los niños tiene una chaqueta favorita, pero en lugar de colocarla en el cesto de la ropa sucia, la deja tirada. Simplemente, no la laves. Cuando la busque, explícale por qué no lo hiciste. ¡No volverá a olvidarlo!
4. Educa a la familia para mantener el orden
La principal razón de la falta de orden, es la ausencia de reglas: las normas hacen la mitad del trabajo. Organizar y mantener el orden es cuestión de escoger formas de vivir. Así que ten esto presente, conversa del tema con tu familia y haz énfasis en cómo el orden les ayudará a ahorrar tiempo para realizar las tareas diarias de manera más fluída. Pero además, cómo influye el orden de las cosas en el estado de ánimo. Enséñales acerca del placer estético que producen las cosas organizadas, equilibradas y prolijas. Y lo más importante, menciona el valor del orden para la salud, y su relación con el higiene. Eso sí, que todos aprendan que el orden es cosa de todos, ¡no están «colaborando contigo»! están cumpliendo su rol como partícipes en la convivencia familiar.
5. Organiza jornadas de limpieza mensuales en familia
Premiar siempre ha sido un método infalible. Pero, premiar lo que debería considerarse una obligación de todos los miembros de la familia, puede volverse en contra. Por ejemplo, si premias a los adolescentes con permisos de salidas por mantener su habitación limpia y ordenada una semana; cuando no necesiten el permiso, simplemente no le prestarán atención al aseo. Es más funcional establecer las normas y juntarse en familia una vez al mes para hacer grandes jornadas de limpieza. Así los niños y jóvenes no se sentirán abrumados si llegan a dejar acumulado algún deber. Y si aún así, deseas recompensarlos, lo mejor es encargar pizzas (o algo de comer que les encante) para compartir y disfrutar juntos al final de la jornada. Si aprendieron algo, con eso será suficiente.